Para los 500 millones o más de familias campesinas en el mundo que producen la mayor parte de los alimentos a nivel mundial. Es común que sus tierras se localicen en áreas donde los servicios de extensión son mínimos o no existen y donde difícilmente hay algún tipo de recolección centralizada de datos de campo. Los campesinos y campesinas tampoco pueden pagar los altos precios por los instrumentos tecnológicos que las fincas más grandes pueden usar para alimentar con datos a la nube. El resultado es que los datos que recolectan las compañías tecnológicas las fincas pequeñas serán, inevitablemente, de muy mala calidad.