La mayoría de los clubes chilenos de fútbol femenino no cumple con normas laborales mínimas, pese a que la ley los obliga.
Entre las infracciones detectadas figuran no pagar las cotizaciones a la seguridad social, no proporcionar ropa de trabajo a las jugadoras, carecer de servicios higiénicos para éstas y no eliminar los factores de riesgo en el lugar de trabajo, por lo que el organismo gubernamental impuso multas a casi el 70% de los clubes de Primera y Segunda por un total de unos 230.000 dólares.