La clasificación evalúa los distintos Estados en función de dos criterios: - la criminalidad, en una escala de 1 a 10 (del más bajo al más alto), según la puntuación que obtiene el país en relación con parámetros como mercados delictivos y actores criminales; - la resiliencia ante el crimen, en una escala de 1 a 10 (del más bajo al más alto).