En solo dos semanas, militares estadounidenses han matado a 14 personas en aguas del mar Caribe, según los propios reportes de la Casa Blanca, sin que se conozcan detalles de las víctimas ni las circunstancias de sus muertes.
La acción estadounidense en las últimas semanas marca un punto de inflexión: implica una ofensiva letal extraterritorial en el supuesto combate antidrogas y convierte al Caribe en una zona de fuego tras casi cuatro décadas sin conflictos.