En su primer debate, la Cámara de Representantes aprobó la reforma a los Consejos de Juventud con miras a fortalecerlos en su ejercicio político, dotándolos de mecanismos que los hagan más atractivos para los jóvenes, con real autonomía y con un carácter decisorio más que consultivo, en las decisiones trascendentales para sus comunidades.
