Un estudio a escala de laboratorio demostró que las variedades de café Castillo Naranjal, Castillo Tambo y Tabi dependen –más del 86 %– de un tipo de hongo que invade sus raíces, pues gracias a él aprovechan el fósforo que suele estar “encapsulado” en los suelos de Colombia, lo que les permite crecer más y mejor. Este hallazgo es un precedente para reducir el uso de fertilizantes químicos, evitar problemas de contaminación en el medioambiente y minimizar costos de producción.