Entre 2011 y 2013, en Bogotá la pobreza bajó 2,9 puntos: pasó de 13,1 por ciento a 10,2 por ciento (Cuadro 1). Y en Bucaramanga se redujo 0,4 puntos: pasó de 10,7 por ciento a 10,3 por ciento. Es claro que el ritmo de reducción de la pobreza durante los dos años de Petro fue más intenso que en Bucaramanga. En 2013, ambas ciudades estuvieron muy por debajo de la incidencia de la pobreza a nivel nacional, que fue de 30,6 por ciento.
Desde el punto de vista de las variables estructurales mencionadas, el exalcalde Petro deja una Bogotá mejor que la que encontró. Sin embargo, en la furia antipetrista se han mezclado todo tipo de argumentos, y en el análisis de las tendencias económicas se han hecho afirmaciones que no tienen nada que ver con lo que los datos nos presentan.
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