"Seguimos dentro del acuerdo, no lo estamos violando, no hemos vuelto inmediatamente a la guerra. Quién sabe, tal vez tengamos que hacerlo", dijo el mandatario durante un discurso en la Knéset (el Parlamento israelí) recogido por el periódico The Times of Israel.
Sus palabras se producen después de que varios familiares de los secuestrados el 7 de octubre le dieran la espalda en señal de protesta desde la galería de visitantes del hemiciclo. Otros parlamentarios fueron expulsados de la sala tras gritar consignas contra el primer ministro.